viernes, 29 de octubre de 2010

SERVIDORES DE LA VIDA, LA PAZ Y LA JUSTICIA

Una opción urgente
Perico 2003

Presentación
Nunca como ahora, hemos estado desafiados a ser protagonistas de la paz. Puede que en la decisión no estemos presentes. Pero, ¡cuánto podríamos influir en una decisión que traerá la muerte a personas, hermanos, habitantes, como nosotros, de este mismo mundo compartido!.

Lo que está sucediendo no es tan sólo una guerra entre un país y otro. Estamos al comienzo de un milenio viendo cómo una mentalidad está enseñoreándose de la forma de hacer la historia. Y nosotros: ¿estamos haciendo una lectura crítica y comprometida de todo lo que está sucediendo o nos estamos conformando con una lectura ingenua o una postura indiferente frente a lo que se está construyendo delante de nuestros ojos?

Este texto busca, con urgencia, que cada hombre y mujer de esta tierra haga una opción clara para asumirse, con todas las consecuencias, como un/a servidor/a de la vida, la paz y la justicia.


Profundización
Reunidos en grupo, lean el siguiente texto, con mucha solemnidad. Que sean dos personas las que lean. Pueden portar signos (ej: quien lea el génesis puede estar completamente vestido de blanco y quien lea el antigénesis puede estar vestido de negro; quien lea el génesis puede tomar su lectura de una mesita adornada con flores, palomas,  pistolas quebradas, etc.; y quien lea el antigénesis puede tomar su lectura de una mesita donde hayan armas, una calavera, fotos de guerra, etc).

GÉNESIS Y ANTIGÉNESIS.


GENESIS DÍA 1
En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era confusión y no había nada en la tierra. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas.

Dijo Dios: “Haya luz”, y hubo luz. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz “Día” y a las tinieblas “Noche”. Atardeció y amaneció: fue el día Primero.

ANTIGÉNESIS DÍA 7

Al final, cuando el codicioso, lo había acumulado todo –ordenadamente- las tinieblas cubrían su espíritu y, sus ansias de poseer más, aleteaba sobre la suerte de los pueblos empobrecidos.

Dijo el codicioso: Tengamos el Amazonas, tengamos todos los territorios reservas de la humanidad, los podremos comercializar a su debido tiempo. Y desparramó sus virus mortíferos en las aguas cercanas a los pueblos originarios que se han ido muriendo de a poco, por incendios provocados tan enormes que nuestra imaginación no los contiene; se han ido muriendo con muertes tóxicas, acorralados y envenenados por los que aplastan sus vidas con pesadas máquinas que sepultan de cemento de esta nueva civilización asesina sus tierras ancestrales. Dijo el codicioso: “Haya robo y acumulación” y vio que esto le convenía porque lo enriquecía y le daba poder. Y llamó al robo “Civilización” y a la acumulación “Inversión”. Fue el séptimo día antes del caos final.



GÉNESIS DÍA 2
Dijo Dios: “Haya una bóveda en medio de las aguas, para que separe unas aguas de las otras”. Hizo Dios entonces como una bóveda y separó unas aguas de las otras: las que estaban por encima del firmamento, y las que estaba por debajo de él. Y así sucedió. Dios llamó a esta bóveda “Cielo”. Y atardeció y amaneció: fue el día Segundo.



ANTIGÉNESIS DÍA 6

Al final, cuando el capitalista le había sentido el gusto al dinero mal ganado, lleno de egoísmo, dividió a la humanidad en clases sociales: muy pocos enriquecidos a costa de cientos de miles de multitudes de empobrecidos. Se dijo: “Viviremos bien esta corta vida”, y comenzó a consumir bienes que el comercio le ofreció, quiso comprar a las personas, comprar la felicidad, y hasta procuró comprar a Dios. Dinero tenía de sobra. Ojos no. No tuvo ojos para mirar a su lado a los que iba empobreciendo. Levantó tan altos muros y se llenó de tantas armas para defenderse, para que los demás no se acercaran a su tesoro, que no pudo ver a quien estaba pisando. Y le gustó ser servido, le fascinó que lo abanicaran. Se sintió feliz cuando le pidieron limosna, y se creyó bueno cuando sacó de su bolsillo la moneda que nunca iba a ocupar, o de sus clósets la ropa que ya había usado hasta aburrirse. Dijo el capitalista: “Haya esclavitud y privilegios”. Y a la esclavitud la llamó “sueldos” y a los privilegios los llamó “decencia”. Fue el sexto día antes del caos final.

GÉNESIS DÍA 3

Dijo Dios: “Júntense las aguas de debajo de los cielos en un solo depósito, y aparezca el suelo seco. Y así fue. Dios llamó al suelo seco “Tierra” y al depósito de las aguas “Mares”. Y vio Dios que esto era bueno.

Dijo Dios: “Produzca la tierra hortalizas, plantas que den semilla, y árboles frutales que por toda la tierra den fruto con su semilla dentro, cada uno según su especie”. Y así fue: La tierra produjo hortalizas, plantas que dan semilla y árboles frutales que dan fruto con su semilla dentro, cada uno según su especie. Dios vio que esto era bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Tercero.



ANTIGÉNESIS DÍA 5
Al final, cuando el industrial, vio  que sus multinacionales producían y vendían a buen precio lo producido se dio cuenta que generaban mucha basura, ¿dónde poner estos residuos tóxicos?. Sin ninguna duda moral decidió arrojarlos al mar, a los ríos, a los lagos, a los canales. Cuando fue descubierto consultó con sus asesores y le llenaron la mente de ideas siniestras. Buscó países empobrecidos y les pagó un poco de su dinero para que las basuras tóxicas fueran trasladadas a lugares desiertos y habitados de estos países que se transformaron en basurales  tóxicos, agentes de polución mortal. A este proceso de envenenamiento químico de otros que no son su país y de otros que no son su raza lo llamó “exportaciones no tradicionales”. Y le gustó solucionar de esta manera barata un problema tan complejo. Fue el quinto día antes del caos final.



GÉNESIS DÍA 4
Dijo Dios: “Haya lámparas en el cielo que separen el día de la noche, que sirvan para señalar las fiestas, los días y los años, y que brillen en el firmamento para iluminar la tierra. Y así sucedió. Hizo, pues, Dios dos grandes lámparas: la más grande para presidir el día y la más chica para presidir la noche, e hizo también las estrellas. Dios las colocó en lo alto de los cielos para iluminar la tierra, para presidir el día y la noche y separar la luz de las tinieblas; y vio Dios que era que esto era bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Cuarto.



ANTIGÉNESIS DÍA 4
Al final, cuando el latifundista, con el corazón envenenado por el acaparamiento y la acumulación, se llenó de placer al concebir una idea macabra puso todas sus fuerzas en hacer realidad su deseo: ser dueño del país. Usó las leyes, la tradición, manipuló los Medios de Comunicación Social, contrató matones y asesinos y expulsó a miles de campesinas y campesinos que, caminan la procesión más triste de la historia: los sin tierra, los emigrantes, los desplazados. Caminan hacia un sur sin mapa, sin final, mostrando su desnudez, mientras que el latifundista ya ha alambrado con púas nuevas y seguras toda la tierra usurpada. Esto gustó al latifundista y a su familia y lo llamó “Progreso Agrícola”. Fue el cuarto día antes del caos final.

GÉNESIS DÍA 5
Dijo Dios: “Llénense las aguas de seres vivientes y revoloteen aves sobre la tierra y bajo el firmamento”. Dios creó entonces los grandes monstruos marinos y todos los seres que viven en el agua según su especie, y todas las aves, según su especie. Y vio Dios que todo ello era bueno. Los bendijo Dios, diciendo: “Crezcan, multiplíquense y llenen las aguas del mar, y multiplíquense asimismo las aves sobre la tierra”. Y atardeció y amaneció: fue el día Quinto.


ANTIGÉNESIS DÍA 3
Al final, cuando el colonizador ya había arrancado de las entrañas de las tierras invadidas toda la riqueza natural, instruyó a sus descendientes para que repitieran la fórmula ganadora: presionaron un poco a los gobiernos de países empobrecidos y estos decidieron privatizar para modernizar el país: Llegó el nuevo colonizador y compró las aguas, la electricidad, los teléfonos, los peces del mar, los minerales entrañables. Compró a poco precio y ahora vende a precios dolorosos de pagar porque son bienes básicos que, mientras no los resistamos, deberán ser pagados al precio que ellos decidan. A este robo el colonizador lo llamó “Inversión extranjera” y el gobernante lo llamó “Tratado de libre comercio”. Ellos felices. Fue el tercer día antes del caos final.


GÉNESIS DÍA 6
Dijo Dios: “Produzca la tierra animales vivientes de diferentes especies, animales del campo, reptiles y animales salvajes”. Y así fue. Dios hizo las distintas clases de animales salvajes según su especie, los animales del campo según su especie, y todos los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios que todo esto era bueno.

Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que tenga autoridad sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo, sobre los animales del campo, las fieras salvajes y los reptiles que se arrastran por el suelo” Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra los creó.

Dios los bendijo, diciéndoles: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.”.

Dijo Dios: “Hoy les entrego para que se alimenten toda clase de plantas con semillas que hay sobre la tierra, y toda clase de árboles frutales. A los animales salvajes, a las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se mueven sobre la tierra, les doy pasto verde para que coman”. Y así fue. Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Sexto.


ANTIGÉNESIS DÍA 2
Al final, los patriarcas machistas, adueñados de la historia, del poder simbólico, de la cultura, de la última palabra, adueñados de la verdad, miraron a la mujer y no vieron su alma: vieron en ella a una costilla arrancada de sus cuerpos perfectos y la llamaron “ladrona”, y la condenaron a usar sólo sus manos y les permitieron vivir sólo en medio de los tejidos y las recetas. La obligaron a descubrirse su sexo y la usaron para saciar su vergüenza y su soledad. Asustados por la igualdad con que fue hecha por el Creador le negaron mostrar su identidad de mujer y sólo le permitieron amar sus roles, que son dignos pero que no son todo: hija, hermana, esposa y madre.  Los patriarcas machistas se sintieron felices y fuertes y llamaron a esta decisión cobarde: “Cultura”. Fue el segundo día antes del caos final.

GÉNESIS DÍA 7
Así estuvieron terminados el cielo, la tierra y todo lo que hay en ellos. El Séptimo día Dios tuvo terminado su trabajo, y descansó en ese día de todo lo que había hecho. Bendijo Dios el Séptimo día y lo hizo santo, porque ese día descansó de sus trabajos después de toda esta creación que había hecho.

Este es el origen del cielo y de la tierra cuando fueron creados.


ANTIGÉNESIS DÍA 1
Al final, cuando Reagan, miró cómo Europa se organizaba y creaba un bloque con mucho poder llamado “Comunidad Económica Europea” se preocupó muchísimo.
Cuando países de Asia se unieron y levantaron un bloque económico sin precedentes, Clinton perdió el apetito.
Cuando los países árabes mantuvieron sus acuerdos respecto de la producción y comercialización del petróleo, Bush se desencajó y golpeó su mesa de gobernante fiel a sus antecesores.
Podríamos nombrar como en un vía crucis los países que han estado en la mira asesina de los gobernantes del imperio norteamericano: hoy es Irak, mañana podría ser Corea del Norte, Pakistán, India, cualquiera. Cuando el Imperio miró a Irak supo que su nuevo orden mundial peligraba si en las puertas recién abiertas de este milenio naciente no le quedaba claro a toda la humanidad que esta historia tiene un dueño: El Imperio, que como un dios falso tiene cabeza de oro y pies de barro. De nuevo el dios Molok busca ser Señor y dueño de las vidas de los hijos de esta humanidad y sólo con sus muertes inocentes y con la sangre de los excluidos saciará su hambre de poder. Hay una arma potente que Irak nunca va a sacar de su territorio nacional, un bien que la tierra le regala: el petróleo.  Hacer guerra significa el día final para personas concretas que hoy están vivas y pronto no lo estarán. El imperialista vio todo esto y le gustó muchísimo. Fue el primer día de la muerte no sólo para el pueblo de Irak sino para todos nosotros a los que la paz no sólo suena a ausencia de guerra sino a una historia sin codiciosos, capitalistas, industriales corruptos, latifundistas, nuevos colonizadores, patriarcas machistas e imperialistas.

La paz es un regalo, una herencia, un compromiso, una lucha diaria. De la paz ejercida en cada persona, en cada familia, en cada población, organización, comunidad cristiana depende la vida concreta de personas y pueblos.

Al final vino la guerra, vino la muerte, el estallido mortal; dejaron de ser los que hasta ahora eran. Ya no viven. El último estallido borró la faz de la tierra, murió hasta el que pensó dominar y celebrar su amargo triunfo. Las tinieblas cubrieron los abismos mientras el espíritu de Dios aletea sobre las superficies de las aguas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario